Al iniciar un negocio, es común buscar la opción más económica para tener presencia en internet: un freelancer barato, un creador de páginas DIY o una plantilla genérica. A primera vista, parece una buena decisión… pero una página web barata puede costarte mucho más con el tiempo.
Tu página web no es solo una tarjeta de presentación — es tu vendedor 24/7. No lo veas como un gasto, sino como una inversión. Porque una buena web bien hecha, se paga sola… una y otra vez.